sábado, 26 de enero de 2008

Como estrechar la mano

La forma de estrechar la mano revela cómo se es y cómo te ven los demás

La creencia popular de que la forma del saludo tradicional dice mucho de la personalidad y del comportamiento de cada uno acaba de confirmarse en un estudio que demuestra, además, que si se da con firmeza ayuda a proporcionar una buena imagen de uno mismo.

Para muchos, la primera impresión es la que cuenta y, en ella, la forma con la que un desconocido estrecha la mano tiene, al parecer, mucho que decir.

Cuando dos cavernícolas se encontraban por primera vez, levantaban los brazos con las palmas de las manos a la vista para demostrar que no escondían ningún arma. Este gesto se ha ido transformando con el paso de los siglos en otros, como el de la palma de la mano levantada para saludar o sobre el corazón.

Hoy, hombres y mujeres se estrechan la mano al encontrarse y despedirse, y esta forma de comunicación no verbal, no sólo resume parte de la personalidad de cada individuo y su comportamiento, sino que influye en la primera impresión que cada persona se forma de la otra.

Así lo demuestran, al menos, William F. Chaplin y su equipo, del Departamento de Psicología de la Universidad de Alabama, en EEUU, en un estudio publicado en el último número de la revista de la Asociación Americana de Psicología ( Journal of Personality and Social Psychology ).

«Existe una creencia extendida de que el saludo con la mano dice mucho de la personalidad de quien la estrecha. No obstante, hay pocos estudios que avalen esta hipótesis. Aun así, en la literatura científica se pueden encontrar tres trabajos, todos ellos realizados en Suiza, que constatan de una forma empírica la relación entre esta forma de conocerse y algunas características de cada persona», argumentan los autores.

Es más, señalan los investigadores, en la creencia de que estrechar la mano influye directamente en la primera impresión que se obtiene de alguien, existen multitud de seminarios para ejecutivos en los que se advierte sobre la necesidad de dar la mano de forma apropiada, como parte importante del currículo de una persona.

«Uno de los primeros datos que revela el trabajo es que la forma de dar la mano permanece constante a través del tiempo tanto en los hombres como en las mujeres, y yo creo que esto sugiere que, dado que este saludo refleja características de la personalidad, es más difícil de cambiar de lo que nosotros pensamos», dijo a SALUD, William F. Chaplin, director de la investigación.

Para poder realizar su trabajo, los autores reclutaron a un total de 120 estudiantes (50 hombres y 70 mujeres) y localizaron a dos hombres y dos mujeres de cuarto curso de Psicología para que clasificaran el saludo.

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